Estos meses están siendo raros, pero no para nuestros bosques.

Están pasando muchas cosas pero no todas son malas.  Seguimos con lo nuestro y con más trabajo que nunca. 

El voluntariado

A pesar de que no podemos juntarnos como antes, hemos seguido organizando jornadas de voluntariado, cumpliendo siempre con las medidas de seguridad.

No es fácil trabajar con mascarilla, tenemos que mantener las distancias y nos encantaría poder acabar compartiendo unas tortillas. Pero eso no nos está impidiendo organizarnos, con todas las precauciones y seguir plantando en Undabaso.

En lo que va de temporada, ya hemos plantado unos 4.000 árboles y arbustos, muchos de ellos en jornadas de voluntariado.

Hemos construido charcas para anfibios y acondicionado algunas otras que ya están en funcionamiento, con puestas y hasta renacuajos.

Estamos trabajando en zonas como Leindo, donde ya queda poco más que hacer, aparte de disfrutar viendo cómo avanza.

Pero también hemos trabajado en áreas nuevas de Undabaso, como Leindogoikoa, que pertenece a los terrenos recientemente adquiridos. Hasta hace poco, aquí había una explotación de pinos y, tras la corta, lo estamos llenando de robles, fresnos, abedules, acebos, perales silvestres, espinos albares o serbales de los cazadores, entre otras especies que nunca se talarán.

Con especies que tienen frutos comestibles para las aves, como los acebos o los espinos albares, nos gusta hacer, como sucede de forma natural, pequeños bosquetes y que sirven, a su vez, como refugios de fauna.

Recientemente, hemos visitado una zona plantada hace unos 5 años y hemos visto cómo han crecido los árboles: espectacular.

Algunos ejemplares llegaban a los 4 metros de altura. Allí se ejemplifica muy bien uno de nuestros criterios más importantes, que consiste en no desbrozar, ni «limpiar», ni intervenir más, excepto para retirar los protectores. Las zarzas y helechos cubren todo en este momento y, como parte de la sucesión ecológica, cuando los árboles den sombra, irán dando paso a otro tipo de vegetación más propia del bosque.

Como esperábamos, el bosque está en marcha.

lurgaia
Plantando en Undabaso, el 19 de diciembre.
Visitando un área plantada hace 5 años.

Avanzando con las plantaciones

Alternando con el trabajo de la oficina, que tampoco ha parado, las personas que trabajamos en la Fundación nos hemos ocupado de plantar y proteger gran parte de esos 4.000 ejemplares y de realizar otras labores en los terrenos en restauración.

Sin compañía no es tan divertido, pero es una labor importante.

Proyectos en marcha, como una importante colaboración con el Ayuntamiento de Muxika o para compensación de CO2 de empresas y entidades o simplemente que realizan donaciones a Undabaso, nos han permitido tener recursos para dar impulso estos meses. 

Y ¿cómo va la campaña?

¡Viento en popa!

A día de hoy, hemos recaudado más de 30.000 euros, casi el 68% del total. 

Durante las fiestas, la gente se ha animado a donar y a regalar bonos de bosque. Parece que esta iniciativa ha sido una buena alternativa a las compras y los regalos típicos. Y nos encanta.

Hemos aparecido en distintos medios y eso nos ha facilitado llegar a personas con sensibilidad con el medio ambiente pero que no nos conocían.

Y ahora parece que el ritmo ha decaído un poco, os animamos a compartir la campaña para ayudarnos a llegar al total. 

Necesitamos que nuestros robles ganen la batalla.

¡Ayúdanos a conseguirlo!

Y, seguimos…

Aparte de eso, buscamos incansablemente recursos y nuevas oportunidades allá donde estén. Si la palabra ambición es compatible con la lucha por nuestro medio ambiente, se puede decir que tenemos mucha. Esperemos que todos los proyectos salgan adelante y que las expectativas, o más bien los deseos, se cumplan. Por pelear, que no sea.

Y esperemos que la situación vaya mejorando poco a poco a nivel sanitario. De todos/as depende. 

Mientras tanto, sabemos que contamos con vuestra ayuda y esa es nuestra fuerza. ¡GRACIAS!